miércoles, 13 de mayo de 2015

[One-Shot] Sólo actuación.

Autor: Desconocido
Adaptación: Luzy
Pareja: Hétero (Junsu)
Extensión: One-Shot
Genero: Lemon.



Junsu tomó por la cintura a aquella chica, acercándola más a su cuerpo.  Ella sólo atinó a cerrar los ojos, y sintió el dulce aroma de su persona rodear sus sentidos.
—Te amo, querida. Te amo y siempre lo he hecho.
—Pero, no lo entiendo. ¿Por qué lo negaste? Las veces que te he cuestionado, a todas has dicho que no.
—Lo sé y lo siento mucho. Estaba asustado, aterrado, por el hecho de que no sintieras lo mismo. Entiéndelo. El pasado no importa, lo que importa es el presente. ¿Me amas, querida?— Sus ojos se clavaron en los de ella, formando un shock invisible para ambos.
—Oh, no sé qué decir…
La fémina frunció el ceño enojada.
—En serio, no sé que sigue— dijo alejándose de Junsu.
—¡Oh por dios!— Exclamó una voz femenina a lo lejos. — ¿Cuándo tendremos un ensayo decente? Querida, estamos a una semana de la presentación. Deberías saber tus líneas perfectamente. — Musitó la mujer de cabello negro y ojos rojizos. Su rostro demostraba enfado.
—Lo siento. Sé las líneas, sólo que me desconcentro demasiado, por alguna razón que aún no logro encontrar.— Su mirada se encontró con la de Junsu, quien la miraba fijo y con una sonrisa clavada en sus labios.
—Será mejor que omitas eso lo antes posible, sino tendré que sacarte de la obra.
—¡No! No, por favor, en serio necesito el dinero. — Bufó avergonzada. Sentía las miradas de sus compañeros sobre ella. Unas risas burlonas se hicieron presente, casi inaudibles, excepto para ella.
—Si para mañana el ensayo no sale perfecto, tendré que hacerlo. La única parte que aún no sale es la de ustedes. Sé que no se llevan bien, pero esto es actuación. — Dijo observando a Junsu también. —Tendrán que superarlo, al menos cuando ensayan, de lo contrario tendré que suspender la obra entera.
—Mañana estaremos bien, lo prometo. —Exclamó Junsu.
—Lo prometemos. —Arremedó la chica, fulminándolo con la mirada.
—Bien. Es todo por hoy. Estoy exhausta. Lo único que quiero hacer es llegar a mi casa y relajarme en la ducha.
“Demasiada información” pensó la chica conteniendo la sonrisa.
Todos en la sala se desparramaron, formando un gran murmullo. Excepto ellos dos. Se quedaron en el mismo lugar, cada uno evitando la mirada del otro.
—Antes de que se vayan, necesito saber quiénes se quedarán a ordenar el auditorio. —Formuló la señora, logrando que el silencio volviera al lugar. Pasó la mirada por todos y cada uno de los que se encontraban allí. Todos miraban para otro lado, indiferentes. —¿Algún voluntario?
Nadie respondió.
—Bien, se quedarán Junsu y tú. —Dijo observando a Junsu. —Mientras pueden ensayar sus escenas. Espero que lo hagan bien. —Pronunció frunciendo el ceño.
En unos segundos, estuvo fuera del lugar.
Los segundos iban pasando, y todos ya se habían marchado. Ambos se preguntaban por qué siempre había tensión entre ellos, hablaban poco, y cuando lo hacían era para ensayar, o pelearse entre ellos.
—Bueno—Mencionó Junsu rompiendo el silencio. —¿Qué quieres hacer primero?.
La chica vaciló por unos segundos, pero finalmente respondió.
—Ordenar este desastre— Dijo señalando las cosas tiradas de escenografía y vestuario por el escenario.
—Excelente, entonces, ensayaremos primero. — Junsu pronunció con aire victorioso y una sonrisa ganadora.
Ella lo miró enfurecida.
—No sé entonces, para qué preguntas.
Junsu solo lanzó una carcajada, y se dirigió a la mesa que estaba a unos pasos de allí. Tomó su bolso, y sacó de ahí un cuaderno anillado.
—Toma, aún no te sabes tus líneas. Será mejor que las aprendas. —Le dijo acercándole el libreto.
Ella sonrió, sabiendo que estaba a punto de sonrojarse, a causa de la sonrisa socarrona de su compañero.
—Te lo agradezco. —Murmuró la menor, sorprendida por su acto.
—No lo hagas. No quiero que arruines toda la obra. Es todo.
La chica cambió completamente su cara y ánimo.
—Muy gracioso. —Tomó el libreto y lo dejó caer en el suelo, para luego poner su pie arriba.
Junsu la miró desentendido.
—Sé todas mis líneas. Mi único problema eres tú.


Junsu trató de ignorar el verdadero significado de esa respuesta. Aunque sabía que la razón por la que ella se comportaba así con él era porque la intimidaba. Y eso era algo bueno, concordando con sus planes. Sonrió maliciosamente, mirándola directo a los ojos, sabiendo que actuar así la ponía nerviosa.
Efectivamente, ella no soportó su mirada tan penetrante, y desvió rápidamente sus ojos hacia el suelo, específicamente, hacia su pie, que estaba sobre el libreto que había pisado segundos atrás. Lo levantó del suelo, y lo abrió.

—Veamos…—Dijo hojeando rápidamente, fingiendo estar buscando algo, aunque estaba más pendiente en la reacción de Junsu, quien la miraba aun sonriente, y mordiéndose el labio inferior, algo que, ella sabía, si miraba, se derretiría ahí mismo.
Era estúpido negar que algo le pasaba con él. Era imposible ignorar las cosas que pasaban por su mente cuando lo miraba. Era un hombre demasiado tentador para una mujer. De esos que llaman la atención con su sola presencia.
Junsu sabía que algo había entre ellos, no sabía describirlo muy bien, pero estaba a punto de averiguarlo. Esa mujer lo traía loco, y no la iba a dejar ir fácilmente.

—Bueno, empecemos. —Bufó Junsu, harto de observarle pasar las páginas rápidamente. —Página cuarenta y dos. —Finalizó con una leve sonrisa en su rostro.
—De acuerdo. —Respondió ella sin pensarlo.
El peli negro se aclaró la garganta y puso cara de concentración. La chica solo lo observaba, demasiado embobada como para hacer alguna acción.
—Debo confesarte algo, querida.
—Dime— Contestó ella ya entrando en el personaje.
— Deseo profundamente besar tus labios, siento que si no lo hago en este momento, moriré en agonía. —Murmuró Junsu  acercándose lentamente a su rostro, demasiado convincente, pero ella sabía, solo era actuación.
—Yo… No. No puedo. No podemos, y lo sabes—Exclamó ella, cerrando los ojos y luego al abrirlos, se encontró con los de él, observándola fijamente. Bajó un poco su mirada hasta encontrar su boca. Mirar los labios de Junsu era algo que la desconcentraba rápidamente.
—Quiero besarte. Ahora —Volvió a murmurar Junsu casi inaudiblemente, solo se escuchaba a centímetros, justamente, en donde se encontraba ella. En cuanto escuchó sus palabras, y sintió su respiración tan cerca, casi chocando con sus labios, sintió que el mundo entero se había detenido en ese momento. Se perdió en sus ojos azabaches, consciente de la corta distancia que los separaba, y reaccionó al recordar las últimas palabras que había escuchado.
—Eso no está en el libreto. —Susurró cerrando los ojos, dejándose llevar por el aroma del hombre que la traía loca.
—Lo sé. —Junsu suspiró, y terminando de una vez por todas por esa maldita distancia, apoyó sus labios sobre los suyos, formando luego un beso tierno que no duró mucho. Porque luego la chica se aferró a su pecho y Junsu la atrajo contra su cuerpo, logrando así abarcar más espacio de su boca, para poder introducir su lengua dentro de esta, y dejarla casi sin aliento.
Ahora sus lenguas jugaban gustosas de sentir al otro, Junsu acariciaba su espalda, y ella se había prendido de sus cabellos.

Sin dejar de besarla, caminó con ella a cuestas hasta el escritorio de la directora que se encontraba a unos pasos de allí, y la apoyó lentamente allí, quedando sentada sobre el escritorio.
Rompieron el beso, y se miraron. Junsu tenía los labios colorados, y la respiración agitada, mientras tanto ella tenía las mejillas coloradas y su pecho subía y bajaba rápidamente, creando nuevas olas de deseo en el cuerpo de él.
Él se acercó nuevamente a ella, y separándole las piernas con las manos, se acomodó entre ellas, y se unió nuevamente a sus labios, que pedían a gritos que saciaran su necesidad. Junsu se apretó mas contra ella, dado que ahora su ya notoria erección rozaba contra la chica, y ella enredó las piernas en su cintura, señal de que le estaba gustando lo que hacían.
Ninguno de los dos se iba a quedar atrás, ya habían empezado, debían terminarlo.
Y de ninguna manera lo iban a hacer de mala gana. De hecho, aun sin admitirlo, ambos habían estado esperando ese momento desde el primer momento en que se vieron.
Junsu abandonó sus labios para poder besar suavemente su cuello, con besos lentos, húmedos y cálidos. Ella se estremeció y un gemido de placer se soltó de su boca.

El peli negro sonrió y siguió con su trabajo, repartiendo besos ahora en su garganta, a lo que ella respondía jadeando con gemidos suaves. La chica tomó la camisa de Junsu como pudo, y comenzó a desabrocharle botón por botón, lo más rápido que pudo, mientras que él continuaba con los rastros de besos por su cuello.
En cuanto Junsu estuvo con el torso desnudo, ella se tomó el atrevimiento de mirarlo. Suspiró profundamente observando su perfecto torso repleto de músculos, deseando descaradamente lamerlos.
Junsu no quiso que se quedara atrás, así que levantó su blusa y la retiró de su cuerpo, dejándola solo en su sostén y el pantalón de vestir que traía puesto. Junsu se acercó nuevamente a ella, y besando su cuello, comenzó a desprender los botones de la abertura de su pantalón, logrando sacarlos y tirarlos en el suelo. La chica se sonrojó en cuanto estuvo casi desnuda frente a Junsu. Él lo notó, y sonrió socarronamente. Se acercó a su oído y le murmuró tiernamente.

—Eres hermosa. —le dijo para hacerla sentir segura. Ella solo sonrió y amó esas palabras viniendo de él.
Junsu se unió a ella nuevamente, besando sus labios una vez mas, para luego desabrocharse su propio jean, y dejarlo caer al piso al igual que las otras cosas.

Gruñó de dolor, estaba tan duro que le dolía. La chica casi gimió al notar el bulto que se había formado ahí, y decidió sacarse su ropa interior lo más rápido posible, para así poder alcanzar el miembro de Junsu y acariciarlo suavemente sobre la tela del bóxer. Junsu largó un gemido ahogado, de bajó su bóxer y lo apoyó contra la desnuda y húmeda feminidad de su compañera. Lo friccionó varias veces contra ella antes de penetrarla por completo, en caricias que ambos disfrutaban gimiendo.
De repente, Junsu empujó contra ella logrando así penetrarla y largando un grito de su boca, comenzó a moverse lentamente dentro de ella al mismo tiempo que jadeaban y gemían, dejando que el placer se apoderara de la situación. Ambos comenzaron a sudar y gemían sin control, Junsu golpeaba contra la fémina, y ella se aferró a su espalda con sus uñas mientras empujaba para que la llenara mas.

Jun.. Junsu…— Susurró ella entre gemidos. —Estoy a punto de llegar…—dijo jadeante.
—Oh…—Gimió él. —Quiero que grites mi nombre. —Susurró una orden difícil de ignorar —Grítalo.
—Oh… Junsu. —Gimió ella desesperadamente rogando llegar al clímax. —Junsu… ¡Junsu!
—Gritó finalmente cuando el orgasmo le hizo temblar todo el cuerpo, y la ola de espasmos que azotó a ambos los hizo caer en el clímax.
Junsu gemía al mismo tiempo en que descargaba su eyaculación en ella, mientras la chica continuaba mordiendo su cuello y sintiendo el salado gusto del sudor de su piel.
—Eso fue increíble. —susurró él contra su cuello.
—Lo sé. —respondió ella tratando de recuperar la respiración. —Pero… fue solo actuación, ¿Verdad? —preguntó ella sonriendo socarronamente.
—Solo actuación.
Junsu sonrió y le mordió el cuello.

Fin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario